La conquista musulmana de la Península Ibérica
¿Hay algo que odiasen más los aristócratas visigodos que a
los invasores? Sí, a los otros aristócratas visigodos.
Vista cómo era la situación de la Península veamos qué
ocurría en el norte de África. Tras la muerte de Mahoma los musulmanes
emprendieron una primera oleada de conquistas que les llevó hasta el Magreb, en
el norte de África. En aquella zona encontraron resistencia de las tribus
indígenas y tuvieron que luchar mucho más que contra cualquiera de los dos
imperios a los que derrotaron. Años después se decidió continuar con la
conquista, finalmente se harán con el control de la zona y parte de los indígenas,
llamados “bereberes” se convertirán en sus aliados. Con su ayuda llegarán al
estrecho de Gibraltar y deciden enviar una avanzadilla para ver qué hay al otro
lado. Con los informes que traen se
prepara una campaña para el año 711.
Según las fuentes, también contaron con la ayuda del noble
Julián, que entregó Ceuta a los musulmanes porque se había enfadado con Rodrigo.
Hay varias leyendas que hablan de los motivos de esta disputa, pero no hay
ninguna fuente que lo explique por lo que no merece la pena detenernos en ello.
Sea como fuere, Tariq y un ejército de unos 10 mil soldados bereberes cruzaron
el estrecho en julio de ese mismo año. En una fecha no muy clara y un lugar del
que se sabe aún menos tuvo lugar la batalla de Guadalete entre visigodos y
musulmanes. Es la última vez que aparece el nombre de Rodrigo en las fuentes
por lo que se cree que murió en ella (como veis, es una época de la que apenas hay registro). También se recoge en algunas fuentes que
parte del ejército visigodo abandonó al rey por las rencillas políticas que
venían desde lejos. Porque, ¿hay algo que odiasen más los aristócratas
visigodos que a los invasores? Sí, a los otros aristócratas visigodos.
Tras esta victoria, el ejército musulmán irá hacia el norte remontando ríos y calzadas romanas. Es curioso ver cómo sabían exactamente por dónde tenían que ir y sabían perfectamente cuáles eran los centros de poder visigodo. Estos hechos nos hacen ver que obviamente contaron con ayuda de hispano-romanos. Volviendo a los mitos que hay en torno a la conquista, una de las ideas que intentan transmitir las fuentes cristianas es la ferocidad de la conquista, no obstante, en realidad no fue una conquista violenta. Pero, ¿cómo se puede saber esto? os preguntaréis. Gracias a los avances de la arqueología se puede analizar cómo fueron las batallas, pero no se ha encontrado ningún rastro de destrucción en las zonas por las que pasaron. Parece que solo hubo una batalla importante y después unas pocas escaramuzas contra los nobles que habían sobrevivido.
Viendo el éxito que estaba teniendo Tariq, en 712 Musa decide cruzar el estrecho con 20 mil soldados árabes con el objetivo de restablecer su autoridad sobre Tariq y sus bereberes ya que no podía permitir que un inferior se hiciese con la gloria. En menos de una década se harán con el poder de la península sin apenas derramar sangre. Pero, si no es una conquista violenta, ¿cómo lo hicieron? Un elemento esencial fue la colaboración que hubo con las elites locales hispanorromanas, grupos resentidos con los visigodos que gustosamente ayudaron a los musulmanes y firmaron pactos a cambio de su autonomía. Tariq irá a Sevilla y de ahí a Mérida mientras que Musa irá a Córdoba y Toledo donde se encontrarán e irán juntos hacia el norte. A finales de esa década el control sobre la Península era efectivo.
Tenemos que tener mucho cuidado al estudiar este tema ya que la mayor parte de los libros se basan tan solo en las fuentes cristianas de siglos bastante posteriores por lo que acabamos estudiando solo lo que dijeron unos monjes tiempo después. Pero hay que tener en cuenta que estos hechos no solo los recogieron los cristianos, también los tenemos en las crónicas musulmanes y en los restos arqueológicos.
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